Según una encuesta reciente del Eurobarómetro, la cantidad creciente de residuos es una de las tres principales preocupaciones medioambientales de los ciudadanos. Los entrevistados
consideran que la manera más eficaz de hacer frente a los problemas medioambientales es cambiar la manera en que consumimos y producimos.
Afortunadamente, el concepto del ciclo productivo está cambiando. Los residuos, antes considerados directamente como basura, comienzan a ser vistos como un recurso. El modelo europeo de recolección y eliminación de residuos mixtos de fuentes municipales y comerciales para la eliminación de los desechos en vertederos o mediante la incineración tiene que cambiar. La nueva economía circular tiene que ir más allá de un enfoque de final de proceso que pretende, simplemente, limpiar el desorden después de la fase de producción y uso. Para crear una sociedad próspera pero sostenible, la gestión de los residuos tiene que pasar a estar vinculada a los patrones de producción y consumo. Debemos pasar de ver los residuos como problema, a procesar los residuos como recurso.
Dentro de este objetivo de maximizar el valor de los materiales retenidos dentro de la economía, el compostaje es una opción ventajosa para todas las partes. Con el compostaje, se puede reducir la contaminación ambiental derivada de los vertidos a cielo abierto de residuos y, también, recuperar nutrientes esenciales para la producción de cultivos. Al mismo tiempo, se mejora el rendimiento de los cultivos y se reduce el coste de producción asociado al uso de fertilizantes químicos.
Por lo tanto, el compostaje de las distintas fracciones de residuos orgánicos, como los procedentes de los residuos domésticos, jardines y parques y restos de mercados de productos frescos y los residuos agrícolas y agroalimentarios puede contribuir a alcanzar los objetivos del Pacto Verde de la Unión Europea.
Además, la UE ha establecido claramente la obligación de gestionar por separado los residuos orgánicos domésticos y los biorresiduos en el paquete de economía circular aprobado en abril de 2018. Esta normativa ha sido incorporada, en el caso de España, en la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular.
El compostaje en las zonas rurales y semirrurales
Sin embargo, las necesidades de determinadas zonas, como zonas rurales o semirrurales, donde la gestión de los flujos de desechos orgánicos, especialmente los desechos domésticos, es difícil debido a la particularidades de cada zona, han producido la aparición de nuevos sistemas de compostaje descentralizados. Los principales objetivos del proyecto NEOCOMP son evaluar los diferentes nuevos escenarios de compostaje (compostaje comunitario, agrocompostaje y compostaje urbano descentralizado), para garantizar un compost seguro y de valor añadido, sin riesgo para la salud humana y ni contaminantes, en el marco de la economía circular. Además, se cuantificarán y validarán los posibles beneficios agronómicos y ambientales asociados al uso de compost sobre la sostenibilidad del suelo, la recuperación de nutrientes y la disponibilidad de las plantas, y sobre la mitigación del cambio climático debido al aumento de la captura de carbono, asegurando que no se transfieren contaminantes a la cadena alimentaria.